Antes de volverse adicto a la cafiaspirina, Raneo pidió un deseo a las estrellas. Y no precisamente porque se sintiera impelido por una aspiración romántica de la que nunca había sido partidario, sino porque parecía que no podía depositar su confianza en nada más y por lo tanto, tenía en ese deseo lanzado al aire su único reducto posible de fe. No entendía por qué estaba tan cansado del mundo, como tener el eco de un sonido que permanentemente resuena en la cabeza, así todo: cada movimiento, cada libro nuevo, cada clase, cada persona. Sin embargo, trataba de mantenerse sonriente y cordial, amable y dispuesto. ¿Por qué no podía simplemente renunciar y someterse a esa circunstancia de hastío?
El bálsamo de Fierabrás. Ciencia real (y 2)
Hace 2 horas
3 anotaciones motivantes:
ah te cae?? o sea que la cafiaspirina rifa?? porque yo le doy a las anfetaminas pero me salen granos y no como bien... y es culero...
porque serías **** además de *** xD
i <3 u
por eso no puedes /serio /regaño /slap
ME atrae tu prosa. Hay algo, es como el algodón, como carne con aire o hechizo de bruja vieja.
Abrazos
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