Ejercicio 101

Me encantan los números: es posible interaccionar con ellos, pero jamás podrá hallárseles en el mundo material; pueden representarse a través de figuras definidas y sistemáticas, pero son capaces de comprender conjuntos interminables y aleatorios; su filosofía es el pacifismo y no le harán daño a nadie por iniciativa propia. Por si fuera poco, los números son útiles a las vidas de las personas: nos permiten tener un registro continuado, jerárquico y ordenado de las posturas del kamasutra, las citas con el dentista, las sinfonías de Beethoven y las chupadas necesarias para llegar al centro de una tutsipop.
Mi número favorito es el cinco, que es un número primo, no rectangular, propenso a la indeterminación (¿de qué lado dejamos el tres y de cuál el dos?) y el único cuya cantidad de letras es igual a su valor absoluto (C-I-N-C-O). Además, su forma es un símbolo del cinismo, de la desfachatez, de la rebeldía: la parte baja imita a la superior en su contenido (un trazo que tiene un aparte vertical y otra horizontal), pero se le opone en su expresión (que arriba es recta y abajo, voluptuosa). De este modo, constituye una muestra de la dualidad, separada y contradictoria, necesaria y complementaria de la naturaleza: como el ying y el yang, resume la constitución misma del universo.

1 anotaciones motivantes:

beno dijo...

Mi favorito es el ocho porque se asemeja a la representación del infinito y porque es muy rimable y es el día de mi cumpleaños.