Venganza

Llegó a la oficina y ya estaba estresado. Encendió la computadora y se puso a trabajar sobre nóminas e inventarios, con la rutina maquinal y lo amargo del café todavía en la boca (pensó, por asociación, en una herrumbre vieja y en él como en un instrumento metálico del sistema, deslucido y oxidado).
Sentía que debajo de cada uno de los números que pasaban sobre la pantalla brillante, en hileras ascendentes e interminables, iban quedando sepultadas sus ideas, poco a poco, sofocándose. Entre las rejillas de cada una de las tablas ordenadas y perfectas que nadie revisaría se le escurría el tiempo.
No pudo más, trató de no pensar en las consecuencias y, en un arrebato, tomó el maus con convicción y lo dirigió a su objetivo. Sin embargo, no dejó de temblarle la mano mientras pintaba de verde un seis, en la columna de insumos.
Se sintió tan contento.

5 anotaciones motivantes:

Esto que estás leyendo ya no soy yo. dijo...

es lindo cuando las pequeñas cosas son capaes de grandes diferencias...te quieroooo

Banjú -el memorioso- dijo...

uyy ke rudooo.. jajaja xD ...me encnatò como escribiste maus, jojojo, buen toke

EL TREMOLO FLANGER dijo...

Jijoles!!!
Que barbaro. ^^

Saludos!!

EL TREMOLO FLANGER dijo...

Sin lugar a dudas buen toque Mexicoide el de: Maus ;)

Sybila dijo...

jejej yo pensé... "le va a picar a una página porno"...

Shale...