Llama eterna

Cuando vi al cojo, me pregunté cuántas veces al día se acordaba él de su desgracia, si cada vez que sus muletas se encajaban en su sobaco, si cada vez que su único pie se plantaba sobre el suelo, si cada vez que veía a un niño correr con tanta naturalidad, o si cada vez que una de las anteriores. Pero muy probablemente me equivocaba, porque el cojo simplemente no pensaba en su desgracia. O pensarla no le hacía tanto daño como yo creía.
A veces la imagen del cojo se me metía a la cabeza como una figura de estoicismo. El cojo era mi héroe personal por no quejarse, por no poner una cara de amargura cuando lo veía para causar lástima. Éste era un cojo que no te pedía dinero, sólo se paseaba, y quién sabe de dónde vendría, si tenía familia: como buen héroe tenía su identidad escondida.
Era como si se entendiera tan bien con la naturaleza que hacía de su tarea algo metódico y formal: a tales horas en el Parían, a las otras por el Gallito. Y con tanta delicadeza que uno no lo veía andar, para amargarse, él ya estaba ahí.
A veces creí que el cojo se sentía resguardado en su condición particular, como empujado por un aire distinto que, por encima de todas las cosas lo hacía diferente, único. Entonces se me ocurría la escena de encontrar dos cojos juntos y que cada uno hiciera alarde de su carencia, para que el otro se sintiera un poco más común. Esto no ha ocurrido hasta ahora.

5 anotaciones motivantes:

vanto y vanchi dijo...

Sobaco?? Es la primera vez, te lo juro, la primera que veo esa palabra en un texto de este tipo. Y la palabra me hace fruncir la sien.

No sé por qué.

Besos

Eddney Todd dijo...

Me encantô. Aunque la idea final es sumamente cruel.

Saludos!

Esto que estás leyendo ya no soy yo. dijo...

Leo, no sé cómo te da tiempo de escribir y dar clases y todo lo demás. No sé como pero no lo dejes de hacer nunca!

PS.Te quieroooOOO000

Anónimo dijo...

se frunce la sien por una falsa sensación de propiedad arrebatada, por puro snobismo ¿cómo va a decir sobaco si pretende sonar como el texto de un gran escritor?

inconcebible.


aunque en ese caso también habría que preguntarnos si fruncir la sien implica una emoción diferente a la que frunce el ceño.

En estos momentos intento fruncir mi sien y no puedo.

Bendita juventud.

Leo Ávila dijo...

pues bien... yo no encontré, al menos en el diccionario de la RAE, que la palabra sobaco tuviera una connotación vulgar. Sólo hallé esto: . m. Concavidad que forma el arranque del brazo con el cuerpo, por lo que me pareció ideal. Respecto al tono del texto, pues no sé realmente si alguna vez he querido que mis escritos tengan algún grado de alcurnia, es decir: Ascendencia, linaje, especialmente el noble. ji ji.