¿El gusto?

Uno a veces vive preocupado por ser. Y se mira en los otros. Y siempre encuentra alguien en quien depositar la confianza -el paradigma, para decirlo con una palabra dominguera-, porque aquella persona posee una cultura o inteligencia que -colocada estratégicamente en la parte más alta del cuerpo- lo ilumina todo como un faro y ayuda a decidir cuántos grados girar el timón, a modo de terminar ese sitio seguro que se llama aceptación social. Este fenómeno crea un conflicto cuando este modelo que se ha adoptado no acepta el "gusto" de las masas. Siempre me digo: muchos de los llamados entretenimientos para todos realmente me encienden, me llevan a ese sagrado sitio que se llama placer estético; pero siempre, después de que me he sacudido el agüita de la euforia, una parte de mí se siente culpable, pues el canon por el cual me he dejado conducir no permite, bien a bien, un arrebato de tal magnitud, que descuida fondo, estilo, forma, contenido y se conforma, de cierto modo.
Ahora bien, no sé si por excusarme o porque detrás se encuentre una "verdad verdadera" o "verdadera verdad", mi mente empieza a decir cosas como:
-La cultura y tú han mantendio una relación de buenos amigos. No es que quieras hacerle un daño pensando estas cosas. No es, ni siquiera, que quisieras robarle una cabello de su gloria. Más bien pretendes extender sus dominios :)
-Además, el nivel de satisfacción que alcanzas al enfrentarte a una obra artística, de esas a las que a los críticos no les da pena llamar de tal modo, es equivalente al que has alcanzado con este otro tipo -y aquí empieza a hablar con timidez- de entretenimiento masivo.
-Y, por último, si antes hubo creadores, ahora también. Los distingue el modo de expresión. Si bien nos hemos vuelto mucho más recursivos (informaciones al alcance de muchos, difusión, tecnología), el fin conserva sus matices. Y dentro del mar de producciones "artísticas" hay algunos puñados que poseen ese brillo poderoso.
¿Una serie televisiva, como Six Feet Under, producida por Warner Bross acabará comparándose sin culpa con una novela de Truman Capote?
¿Una película como The Departed alcanzará la gloria de The Golden Apples of the Sun de Bradbury?
¿Algún lector, que en su pupila tiene el reflejo invertido de la palabra momento en este momento, está sufriendo una taque de pánico?
Raro... ¿realmente vivimos para nosotros mismos? ¿A quién le damos el gusto?

2 anotaciones motivantes:

Mathilde Kiedis dijo...

leo!! me agrada que estes publicando rapido jajaja.
Y si,hacer mas grande la cultura,todos ponemos nuestro granito de arena con nuestras creaciones y con ser parte de las creaciones de otro,la retroalimentamos,no sabemos para quien trabajamos,puede que nuestra obra soñada le de un 10 en redaccion a un niñito de secundaria del otro lado del mundo,plagiandosela ¬¬ o puede que la obra que mas odiamos termine siendo un best seller,la sociedad es tan extraña y a mi me trauma tanto el paso tan veloz del tiempo,que solo queda disfrutar el aqui y el ahora y saborear el arte como lo vayamos encontrando,lo vayamos realizando,es una delicia ser parte de...
Alomejor no entendi el post ¬¬ pero senti bonito poner esto porque recorde cuando escribo,y la delicia que es para ti como escritor,aunque a muchos les aburra o-termine-siendo-plagiado-por-alguien-del-otro-lado-del-mundo
te quiero mucho!!! feliz finde!

Mme. Carroll dijo...

El entretenimiento al que la mayoría tenemos acceso no es malo, nada malo. Esos que descalifican la cultura popular están mutilando en gran parte la influencia que en estos días caracteriza nuestra forma (y no digo que sea la ideal) de vida y limitan a los nuevos artistas a formas obsoletas haciéndolos caer no sólo en la monotonía artística sino en la soberbia intelectual. Es completamente válido que encuentre placer estético en la obra de Alighieri así como en una serie de dibujos animados, comics, etcétera.
Chomsky y Pinker no niegan que la cultura pop posee caracterísitcas especialmente interesantes que sirven a diversos estudios en torno a lo social, como a cuestiones del lenguaje (oh sí, bendito!), corrientes de pensamiento, etc. No sólo es deleite, es una fuente de información tan exquisita que hacerla menos puede traernos problemas... muy serios.