Kai (izquierda) y Richard (derecha). |
Contemplo con asombro la hermosura de Ben Wishaw y Andrew Leung, que aun con aspecto de recién levantados (los cabellos alborotados y la barba incipiente) estarían perfectos para la portada de una revista. Observo la humedad de los ojos de Wishaw al mirar a Leung y luego los de Richard al mirar al Kai (imagino el esfuerzo actoral que hace Wishaw para meterse en la piel de Richard y poder mirar a Kai-Leung con amor auténtico). Pienso en alguien que me haya mirado con esa misma intensión, pero no recuerdo a nadie: me siento excluido de ese juego y entro en duelo. Y lloro. Lloro con cada escena en que me acuerdo que este duelo es añejo: lloro cuando recuerdo que el amor recíproco es un momento fugaz, irreconocible con el paso del tiempo. Lloro porque recuerdo a mi amor muerto y sepultado, que seguramente no revivirá.
El director en el set de grabación. |
Hacia el final del drama, Junn (Cheng Pei-pei), la madre de Kai, ha accedido a verse con Richard para sincerarse. Él le explica que llevaban cuatro años juntos, pero que Kai tenía miedo de confesar su relación porque probablemente lo amaría menos. Junn, con sus bellos ojos almendrados de madre, ve a un Richard sincero y dolido, y sólo puede ver, porque ella sólo habla chino-cantonés y Richard sólo inglés. Sin embargo, los dos logran compenetrarse perfectamente: su corazón trata de sobrevivir a la misma forma de agonía: perder a la persona que más amaban.
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