Estoy comenzando el día de hoy esta serie de publicaciones que ahuyentarán a muchos sólo por su título (y por saber que es una serie). Los demás se irán después de leer la siguiente oración: la verdad es que no tengo idea de cómo uno puede sentirse bien consigo mismo. Me planteo este proyecto como un camino de autodescubrimiento (esto alejará a los dos lectores que quedaban) y la verdad no tengo visos de a dónde me podrá llevar, sólo sé que no podría sentirme mucho peor que en este momento, así que cualquier avance necesariamente deberá ser hacia arriba (y no, no quiero escuchar en este momento la consabida Ley de Murphy, gracias).
Tampoco es que me sobre el tiempo libre como para darme el lujo de estar escribiendo estas entradas o que quiera hacer perder el tiempo de mis lectores ventaneando mis asuntos personales (que ni lectores tengo, otra verdad). Pero me encuentro más o menos ante una emergencia psicológica y no quiero terminar saltando por una ventana (además, la de mi cuarto da a un pasillo). En estos meses, me he sentido sucesivamente defraudado en muchos niveles, empezando por mí mismo. Después de un escandalosamente bueno 2013, algo me bajó de mi nube y me puso a andar el camino de a de veras. Y los caminos de la vida, como dice la sapiensísima canción, "no son como yo pensaba, no son como imaginaba, no son como yo creíaaaa". También es un poquito culpa de la crisis previa a los treinta años (porque así es, aunque sé que parezco de muchos más, tengo 27). Como no le creo a los libros de superación personal, no comenzaré por ahí, sino por una búsqueda en internet (estoy decidiendo al tiempo que escribo estas líneas, después de que notar que en mi librero no había nada relacionado con el asunto).
[Minutos después]
Encontré un texto titulado emotional fitness (sí, ya sé que debí descartarlo). Empecé a leerlo con optimismo: "Mantente en movimiento" (claro, es lo que estoy haciendo con esta serie de entradas, muy bien hecho, Leonardo). Pero luego me encontré con esto: "No dejes que los cambios en la vida te alejen de tu camino. [...] Gana más claridad permaneciendo en el curso (de tu vida) y canalizando tu energía en una dirección positiva". ¡Tremendo embrollo en el que me he metido! Resulta que para estar bien con uno mismo, una condición previa es saber qué camino sigues y cuál es la dirección a la que vas. Pero si precisamente eso fue lo que perdí.
Tarea para mañana:
Encontrar el camino de tu vida (o al menos encontrar cómo encontrarlo).
Nos veremos en la siguiente entrega *se echa a llorar a la cama*
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