Tortugas

Véanlas correr: antes de llegar a la orilla palparán la tierra, levantarán su cabeza ansiosa para inhalar el perfume del océano, las abrazará la tibieza del entorno. Su latido se sincroniza con el palpitar del mar: un golpeteo de las olas detonará su carrera, y el silencio las pondrá en alerta, una y otra vez, en una contracción y dilatación definitivamente cardíaca.
Véanlas correr: es imposible imaginar que cruzan el umbral de la cúpula celeste, que en ese sitio parece infinita. La premisa es sencilla: regresarán al mismo sitio para dejar la semilla de su estirpe: si ellas lograron llegar al mar desde aquella incubadora, lo harán también las futuras generaciones.
Véanlas correr: tal vez por última vez.

3 anotaciones motivantes:

Rod Zila dijo...

Texto lindo, digeríble y profético.

Aqui andaré.

Saludos!

Anónimo dijo...

¿Y quién es el aura a quien le debo la visita?

vanto y vanchi dijo...

Rítmico.