One minute of perfection

La noche anterior, tal vez como un presagio, los vio cuando caminaban juntos sobre la vereda, y cómo él lo tomó de la camisa y lo empujó contra el árbol para besarlo ahí, inopinadamente.

La noche también se sonroja y prefiere conciliar sus pudores con la sombra: es ella toda artificios y disfraces, la alcahueta perfecta: una Celestina recatada que así como atiza, cubre con su manto negro.
Cuando subí al autobús, no pude dejar de notar que me mirabas con esos ojos húmedos. ¡Por eso era necesario el reflejo de la luz en las superficies del agua! Y me senté a tu lado, como se sientan obedientes los discípulos alrededor del hechicero.
El juego perfecto de insinuaciones y pausas, los atenuados movimientos que no indicaran, necesariamente, algo más allá de un descuido: un dedo pasando sobre un muslo igual que el águila que no quiere alarmar a su presa.
Pero poco a poco voluptuosidades evidentes. Una mano enredada en la otra, un abrazo mudo. Y entonces Celestina vino a arroparnos, y nos contó del remedio, y los dos decidimos que Calisto no esperara.

2 anotaciones motivantes:

Sybila dijo...

Ahhhhhhh!

Eso, mi querido Leo, es la vida.

"Y los dos decidimos que Calisto no esperara"


Molto bello ragazzo!!!!


Besos

Banjú -el memorioso- dijo...

eso, me remite a:

"Hello stranger"

*baba Natalie
*baba Jude