Por si acaso

Cuando vio la imagen, se santiguó.
No creía en los ritos religiosos, pero resultó que ésa era la única seña con la que podía manifestar lo que sentía.
Antes, se había detenido a pensar qué gesto sería el más apropiado, y sólo tuvo unas fracciones de segundo para hacerlo.
Primero valoró quedarse quieto, simplemente esperar y mirar, pero consideró que el movimiento era necesario para confirmar lo rotundo de su existencia; quería recordarse a sí mismo como un ente que tenía una presencia significativa y modificadora del mundo, un ente participativo que estaba en concordancia con el resto de las partículas existentes, y debía moverse para hacerlo explícito.
De inmediato pensó en cuál sería el movimiento más apropiado. No podía llevarse simplemente las manos a la cara, ese gesto vulgar. Pero si lo hacía tal vez era también como ir en contra de la convención: lo inesperado, y que todos lo vieran hacer eso y pensaran por qué, por qué en la última oportunidad ese gesto ordinario, y luego, ah, desde luego, el efecto inverso: sí, lo hace porque es inesperado. Pero nadie estaría mirándolo con esa terrible imagen enceguecedora allá en lo alto. La seña tenía que ser suficientemente personal para dejarlo a él mismo satisfecho, sin contar con la aprobación de los demás.
Bien, entonces, claro, algo ancestral, lleno de significados, que resumiera en sí mismo la condición de la humanidad, y que fuera al mismo tiempo una seña de pena, abandono, pero también de aceptación. Además, que valiera también por si acaso...
Justo cuando terminó el último pase, antes de decir amén, analizó lo que estaba hacieno y creyó en un gesto de cobardía... ¡terrible!, ahí, en el último momento y cuando ya no había arreglo. Iba a tirarse al suelo a llorar, iba a correr, pero lo borró la nube incandescente.

3 anotaciones motivantes:

Esto que estás leyendo ya no soy yo. dijo...

yo quiero ser diossss, bueno, por lo menos quiero que me paguen por no hacer nada...

Te adoro Leooo. Muaaa!

beno dijo...

asu yo he sentido esa sensación de cobardía y es terrible, terrible, terrible...

beno dijo...

( y de hecho, cuando he sentido esa sensación terrible de cobardía, he pensado en santiguarme... afortunadamente no soy tan débil )