Pares

Hubo un cuento largo largo, de una vivida vida, de un humano hombre, que no paraba de escribir escrituras. Comenzaba el comienzo de la existente existencia de este duplicado hombre (el del contado cuento y el de la real realidad) con la referida referencia de su envejecida antiguedad, porque dos, y solo dos medias centurias habían transcurrido transcurridas desde que vino a dar a este mundano mundo de la cotidiana cotidianidad.
Muchos múltiples pasajes podía él platicadamente platicar, pero ninguno tan cargado de sobresaltados sobresaltos como en que no existía existente en la real realidad. Era más inventado el otro en su otredad, más livianamente liviano en su constituida constitución y por tanto más libremente libre en su actuar, y así también más apreciado en su relatado relatar.
Pensaba pensante él en que si se apreciaba más al otro, al ajeno en su idealizado ideal, era mejor desaparecer desaparecido de la verdadera verdad. Porque un hombre duplicado valoradamente valía si su interés interesaba a la social sociedad.
Tomó por tanto el acorodonado cordón que con vil vileza su vida podía terminar. Y en la atardecida tarde del otoño otoñal, vinieron a encontrar sus fieles su colgadamente colgante humanidad, de una avigada viga de su encasada casa de ciudad.

4 anotaciones motivantes:

Banjú -el memorioso- dijo...

azu
hermoso
me mareò no mamess @.@

pero ke bonitiz de post!

beno dijo...

a mí también me mareó y por lo mismo no me gustó... además el hombre duplicado es de una tal sara mago jaja

Abraham Villegas dijo...

qué chido, me gustó, es algo extraño y si marea, hehehe. Que malo que la realidad real fue superiormente superada :S.

Sybila dijo...

Rizar el rizo no siempre ha sido de mi predilección...

Pero se vale.

BESOS