Un hombre viejo y un niño. La soledad, el viaje, la sustitución del lazo paternal... Cada vez que veía un capítulo nuevo de Remi sentía que me asomaba al escabrozo mundo interior de un hombre perturbado (e infinitamente cursi).
Remi, que a la sazón cuenta ocho años, tiene que irse a vivir con el señor Vitalis en una especie de secuestro que, inesperadamente, el niño acepta con una extraña resignación, a pesar de que eso representa una separación indefinida del lado de su madre (su verdadero padre lo ha vendido por unas monedas).
Eventualmente, favorecido por la figura amable y entrañable de Vitalis, el niño termina queriéndolo como a un padre, y lo dice así, explícitamente: ¡Quiero tanto al señor Vitalis!
Trato de no mirar entre líneas; sin embargo, siempre siento que contemplo un caso juvenil de Síndrome de Estocolmo en una lagrimeante caricatura japonesa.
Enero, 2025. Matemagia
Hace 16 minutos
9 anotaciones motivantes:
Ohh el señor Vitalis! Me has hecho recordar! Creo que voy a llorar...
maldito!! como lo dije estuve lee y lee en wikipedia sobre el sídrome de estocolmmo y ahora quiero saber más de él, maldito!
jajaja finalizo como tú sueles:
puthur
Yo tengo una teoría: nuestra generación no fue la generación EMO porque el 90 % de nosotros vimos REmi, y ya con eso estamos insensibilizados al dolor...
Yo no sé, pero esa caricatura siempre me dio miedo. Imaginaba que en algún momento un hombre en apariecia bueno (y por eso inesperadamenate sospechoso) me llevaría a caminar por el mundo.
lol
en kosas piensas leonardo ¬¬
yo no vi Remi, jeje.
oyes, neta, por ke Remi?
La verdad no me gustaba. De hecho casi ninguna caricatura japonesa.
Saludos!!
Entremos en detalles.
Tal vez sî veîa, pero mis recuerdos son escasos. AstroBoy es el ûnico que sobrevive a mi mala memoria.
Con decirte que en la secu la maestra de biologîa, fan de Dragon Ball (WTF!!!) nos dejô una tarea: hacer una especie de ârbol que mostrara las relaciones entre los personajes de la caricatura, o bien, hacer un ârbol del reino animal con géneros y subgéneros... Elegî la segunda. Jaja.
Me debes un mole poblano y un dulce de camote.
Y el precio de una lámpara de talavera.
Con todo y el síndrome de estocolmo.
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